Si nos ponemos a repasar las películas de ciencia ficción más influyentes de la historia, una de ellas, es la saga Alien, cuyos comienzos se remontan al año 1979, cuando Ridley Scott, en la que apenas era su segunda película tras Los Duelistas, dirigió, Alien, el octavo pasajero, convirtiéndose al instante en una de las cintas del género más aclamadas y valoradas, dando pie a uno de las criaturas más temibles e inquietantes del cine, el Xenomorfo, responsable de más de alguna pesadilla de los espectadores. Un filme que además de dar pasó a una franquicia cinematográfica de nada menos que 6 películas, con otra más en camino para 2024, catapultó la carrera de Sigourney Weaver.
Después del estreno de la primera película en 1986, llegó la secuela dirigida por James Cameron, quien apenas dos años antes venia de tener un gran éxito con Terminator. Titulada, Aliens: El regreso, esta segunda entrega, volvió a estar protagonizada por Weaver, repitiendo en el papel de la teniente Ripley. Aliens, también se granjeo muy buenas críticas, llegando a estar considerada por muchos a la altura de la original e incluso por encima.
Está claro que estas dos primeras películas de Alien fueron un bombazo, pero las dos siguientes en llegar ya no consiguieron tener el mismo impacto, causando división de opiniones. Alien 3 (1992) y Alien: Resurección (1997), dirigidas respectivamente por David Fincher, en su primer largometraje, y Jean-Pierre Jeunet, empezaron a dejar síntomas de fórmula agotada, propiciando que la saga se tomara un largo descanso, sin tener en cuenta los spin-off de Alien Vs Predator.
Este parón duró hasta la llegada de Prometheus en el año 2012, una película que además de marcar el regreso de la saga, también supuso la vuelta de Ridley Scott a la dirección, 33 años después de la primera entrega. La intención de esta nueva etapa por parte de Scott, era la de contar a través de una trilogía una historia de orígenes, que de alguna manera sirviese de precuela a las cuatro películas anteriores. A pesar de algunas críticas por desviarse de lo que venía siendo la saga, el director británico creó una de las mejores películas de la franquicia con una estética y fotografía fantásticas, además de la inclusión de nuevos elementos y conceptos muy interesantes, como la figura de los llamados Ingenieros, unos seres extraterrestres, cuyo ADN tiene similitudes con el de los humanos. Con un reparto de altura compuesto entre otros por, Noomi Rapace, Michael Fassbender, Charlize Theron, Idris Elba y Guy Pearce, la película se convirtió con diferencia en la más taquillera de la saga con 403 millones de dólares recaudados a nivel mundial.
Dado el éxito de Prometheus, evidentemente los planes de continuar con la trilogía seguían estando vigentes, siendo en 2017 cuando llegó la secuela titulada Alien: Covenant, la cual no fue tanm bien recibida por la crítica especializada y por los espectadores en general, principalmente debido a que Scott, descartó todo lo bueno que había introducido la entrega anterior, para pasar de soslayo sobre ello, además de contar con algunas incongruencias.
Alien: Covenant, comienza bien, situándonos en la nave colonial Covenant, la cual se dirige al remoto planeta conocido como Origae-6, vigilados por el androide Walter con el fin de terraformarlo y establecer una colonia permanente, el problema es que, aún lejos del destino, una onda de radiación de neutrones daña la nave, provocando la muerte del capitán, así como de 47 colonos de los 2000 que van abordo de ella. Después del caos originado por este fenómeno, la nave detecta una señal procedente de un planeta cercano que deciden atender, ante las reticencias de algunos de los miembros de la tripulación. Una vez allí, descubren que la emisión procedía de la nave de los Ingenieros, utilizada por Elizabeth Shaw (Noomi Rapace) para escapar del planeta LV223 que vimos en Prometheus. A partir de este momento, es cuando dos miembros de la expedición se contagian por medio de una espora autóctona, que además de hacerles enfermar, provoca que se genere un Neomorfo de su interior. Ya entrada la noche y con dos Neomorfos intentando cazarles, son rescatados por el androide David, siendo a partir de esta secuencia cuando la película empieza a palidecer por algunas decisiones de guion contradictorias que marcan el devenir de la trama.
Elizabeth recompone a David
Para todos aquellos que hayan visto Prometheus, sabrán que David, el robot interpretado por Michael Fassbender, era realmente el villano de la historia, pues con sus acciones así lo demuestra, siendo uno de los momentos más evidentes, cuando infecta a Holloway (Logan Marshall-Green), novio de Elizabeth, acto que además de provocar su muerte, lleva a que a la propia Shaw le crezca en su interior una especie de xenomorfo primitivo, a pesar de ser estéril, hecho que la obliga a extraerse al parasito alienígena mediante el uso de una camilla quirúrgica automatizada. Esto, a grandes rasgos, lleva al personaje interpretado por Noomi Rapace a darse cuenta de la maldad de David, quien hacia el final de la película es mutilado por uno de los Ingenieros que encuentran en el planeta, separándole la cabeza del cuerpo, para después ser rescatado por ella misma y llevarlo a la nave de los ingenieros para abandonar ese planeta. Precisamente, uno de los grandes problemas de Alien: Covenant, está en el personaje de David, pues después de todo lo que les hizo pasar en la anterior entrega, siendo Elizabeth la más perjudicada, no tiene mucho sentido que esta reconstruya al androide para que pueda volver a hacer de las suyas, como así es, matando primero a Elizabeth, para después exterminar a la población de Ingenieros, descargando sobre ellos un arma biológica.
La desaparición del personaje de Elizabeth Shaw
Uno de los aspectos más negativos de Alien: Covenant, es la casi inexistente participación del personaje de Elizabeth Shaw, interpretado Noomi Rapace. Después del final de Prometheus, en la que Shaw es la única tripulante de la nave que queda con vida además del robot David, cabría haber esperado mayor protagonismo en la secuela, pero la realidad es que se limita a ser una víctima más de los macabros planes de David, utilizándola para experimentar con ella, siendo este un punto incomprensible del guion como decíamos anteriormente, pues la realidad es que, Shaw, lo reconstruye prácticamente para que pueda matarla.
La decepcionante participación de los ingenieros
Después de ver Prometheus, estaba claro que uno de los aspectos más interesantes para su secuela sería conocer más acerca de los ingenieros, indagar en su civilización y verlos más tiempo en pantalla, por ello, resulta decepcionante la poca importancia que se les dio en Alien: Covenant, pues sólo salen para ser víctimas del genocidio de David, sin profundizar más en ellos. Por lo tanto, y debido a la importancia que se les dio en Prometheus, es incomprensible que se tomara esa decisión de no contar con ellos para la trama de la secuela.
La ingenuidad de una supuesta civilización avanzada
Si hay algo que llama la atención del exterminio de la población de ingenieros, es la ingenuidad de estos, pues cuando llega la nave en la que va abordo David, este aprovecha el momento de júbilo por ver regresar una nave suya, para liberar las esporas que provocan su muerte. Resulta sorprendente que una supuesta civilización tan avanzada, no tenga un mínimo de seguridad para evitar que una nave, por mucho que sea suya, entre de esa manera en su espacio aereo.
La pelea entre Walter y David
En un momento determinado de la historia, Walter, el nuevo androide interpretado también por Michael Fassbender, descubre todo lo que ha hecho y está haciendo David con sus experimentos, situación que provoca que ambos se enfrenten en dos ocasiones, la primera David consigue clavarle Walter un cuchillo en el cuello, quedando este aparentemente inservible, pero una ventaja de ese nuevo modelo de androide es la capacidad de regenerarse por medio de la autocuración, propiciando que ambos androides vuelvan a batirse en duelo. Ante un sorprendido David, Walter, demuestra su superioridad de combate superando claramente a su oponente, teniéndolo a su merced para acabar con él, momento en el que se corta la secuencia en ese momento de tensión, dando paso después al giro de guion que muestra que el superviviente había sido el malvado David, para poder así continuar con sus planes en el planeta Origae-6.
La pregunta es, cómo consiguió David acabar con Walter, si supuestamente este se regeneraba, además de que lo tenía completamente sometido dejando poco margen de maniobra.
Todas estas pequeñas incongruencias sumadas, hicieron que la trama de Alien: Covenant resultara muy descafeinada, teniendo en cuenta que Prometheus, había dejado buenos mimbres para hacer una película mucho mejor de lo que fue.
Alien Romulus, la próxima en llegar
Una vez cancelada la última película que hubiese cerrado la trilogía de Ridley Scott, la siguiente en llegar será Alien Romulus, dirigida por el cineasta Fede Álvarez, realizador de Posesión Infernal, No respires y Millenium: Lo que no te mata te hace más fuerte. En cuanto al reparto, este estará compuesto por, Cailee Spaeny (Priscilla), Isabela Merced (Madame Web), Archie Renaux (Sombra y hueso), Spike Fearn y Aileen Wu.