Shogun es una serie maravillosa que te atrapa con cada episodio, da igual que haya acción como en el episodio anterior o que prácticamente esta brille por su ausencia en el de esta semana, donde los matices y la delicadeza de la narrativa crean una harmonía perfecta de cara a su visualización, disfrutando del más mínimo detalle de lo que sucede en la historia que Rachel Kondo y Justin Marks han creado en base a la obra literaria homónima de James Clavell.
El episodio 4 titulado Las ocho vallas está claramente focalizado en las relaciones personales entre los personajes como medio para crear un vínculo muy estrecho entre ellos, desarrollándose la trama de este íntegramente en la localidad costera de Ajiro, de la cual Yabushige (Tadanobu Asano) es señor, siendo el lugar escogido por Toranaga (Hiroyuki Sanada) para que Blackthorne (Cosmo Jarvis) y Mariko (Anna Sawai) se refugien junto a otros miembros de su comunidad después de escapar de Osaka, utilizándolo también como lugar de entrenamiento para que Blackthorne instruya en tácticas de combate a los soldados del ejército para la futura guerra que se avecina.
Una de las cosas en las que más se índice es que a pesar de que Toranaga sabe de su traición y le ha personado la vida por ello, Yabushige sigue conspirando contra él como parte de ese acuerdo que alcanzó con Ishido (Takehiro Hira), siendo un peligro para los planes de Toranaga, aunque sabida la inteligencia de este no sería de extrañar que tenga alguna intención oculta de la que pueda sacar ventaja en el futuro y que muy posiblemente esté relacionada con su ausencia en Ajiro, pues después de alentar a las tropas allí presentes, Toranaga parte de inmediato con su barco a un destino que por el momento es desconocido, dejando al mando entre otros a su hijo Yoshii (Yuki Kura), el cual juega un papel fundamental al final del episodio.
Como hemos dicho anteriormente, gran parte de este cuarto episodio está destinado a la forja de relaciones de Blackthorne con Mariko y Fuji (Moeka Hoshi), ganando esta protagonismo en la trama tras un inicio trágico donde su marido y su bebé fueron condenados por los actos de insolencia del primero en contra del Consejo de Regentes. Antes de llegar a Ajiro, Mariko nombra a Fuji consorte de Balckthorne, que como recién nombrado hatamoto por Toranaga, tiene pleno derecho a ello, negándose Fuji en rotundo en primer término, aunque finalmente acaba aceptando a regañadientes para posteriormente empezar a crear una estrecha relación con Blackthorne, incluso regalándole las espadas samurái que pertenecieron al padre de esta, siendo todo un honor poder poseerlas, y que inicia el camino de Blackthorne para poder convertirse en un guerrero samurái de facto.
Algo que llama la atención de Shogun es que establece en cierto sentido un paralelismo cada vez más notorio con El último samurái protagonizada por Tom Cruise como Nathan Algren, pudiéndose equiparar su historia, pues al comienzo ambos expresan sus reticencias de tener que convivir con los japoneses, hasta que comienzan a percibir las bondades de su cultura y belleza del entorno. En términos sentimentales esto también es así, ya que en la película de Cruise este aspecto desempeña un papel importante, al igual que está empezando a suceder con Blackthorne y Mariko, cuya relación se afianza en este episodio como ya se venía vaticinando.
Al margen del avance del romance entre Mariko y Blackthorne, este empieza a cumplir con el pacto al que llegó con Toragana, enseñando tácticas de combate a los hombres del ejército. El principal inconveniente es que sus conocimientos en este sentido solamente abarcan estrategias navales y no terrestres, por lo que decide extrapolarlas mediante el uso de cañones, algo que deja estupefactos a Yoshii y Yabushige, quien junto a su sobrino Kashigi intenta idear una estrategia para que Toranaga no consiga desarrollar su plan contra los regentes y católicos. El inicio de la guerra es algo inminente, por lo que en algún momento se tenía que producir un desencadenante, produciéndose este a consecuencia de la llegada a Ajiro de los hombres enviados por Ishido comandados por Shimamoto, quien después de una conversación con Yabushige le ordena que cumpla con su pacto con Ishido, enfrentándose incluso a la muerte si no lo hace. Para ganar tiempo y pensar en una estrategia, Yabushige insta a Shimamoto para que se quede a ver una demostración de la efectividad de los cañones, empezando así una maniobra llevada a cabo por Kashigi que implica al hijo de Toranaga, utilizando el complejo de inferioridad de este para que se oponga a la demostración de los cañones y ataque con los mismos a los enviados de Ishido, provocando una masacre entre estos.
Cuando todavía quedan seis episodios por emitirse, Shogun se está preparando para alcanzar su punto álgido con el desencadenante del conflicto, habiendo todavía cabida para una gran cantidad de acción y emotividad que sin duda elevará a la serie a cotas todavía mayores.