Cuando Apple anuncio que se metía de lleno en la producción de títulos cinematográficos bajo el sello de Apple Original Films, estrenándose primero en cines a diferencia de lo que venía ocurriendo anteriormente, esto fue una gran noticia para el cine, pues una empresa del calado de Apple tiene la capacidad de crear grandes producciones y potenciar la industria aportando mayores oportunidades a los cineastas.
El principal motivo de que la compañía de Cupertino tomase la decisión de irrumpir en las salas de cine, parece ser una estrategia para potenciar los suscriptores de su plataforma de streaming Apple TV+, por medio de la repercusión y altavoz que ofrece un estreno convencional. Hasta el momento Apple Original Films ha estrenado en pocos meses tres grandes superproducciones, Los asesinos de la luna, Napoleón y Argylle, suponiendo todas ellas un gran desembolso en términos de presupuesto empleando la generosa cantidad de 600 millones de dólares entre las tres. El problema radica en que la recaudación en taquilla no está siendo acorde a esos presupuestos, estando muy lejos ninguna de ellas de ofrecer rentabilidad económica en su paso por la cartelera.
En octubre del pasado año llegó Los asesinos de la luna, una gran propuesta de Apple para su primera película en la pantalla grande, dirigida por el mítico Martin Scorsese y con un elenco espectacular encabezado por Leonardo DiCaprio, Lily Gladstone y Robert De Niro, ganándose el favor de la crítica y del público con un 93% y 84% respectivamente en Rotten Tomatoes, además de ser nominada a nada menos que diez premios Oscar incluyendo el de Mejor película. Hasta aquí este es el escenario ideal para cualquier producción, ya que la realidad es que la película es magnífica, pero la cosa cambia cuando nos ceñimos al apartado puramente financiero. Los asesinos de la luna logró recaudar en su paso por cines 156,7 millones de dólares, en contraposición de los 200 millones de dólares que costó su realización, algo que para cualquier otro estudio hubiese sido un fracaso de proporciones mayúsculas, pero parece que para Apple no haya sido así, estando muy satisfechos por la aclamación de la cinta, derivado principalmente por las nominaciones a los premios de la Academia de Hollywood.
Apenas un mes más tarde, en noviembre, llegó el estreno de Napoleón dirigida por Ridley Scott y con Joaquin Phoenix interpretando el papel de Napoleón Bonaparte. Otra producción de grandes proporciones cuyo coste también se disparó hasta aproximadamente los 200 millones de dólares, y tampoco consiguió un rendimiento en taquilla soberbio, pues, aunque le fue mejor que a la película de Scorsese, recaudando 219,3 millones de dólares en su recorrido por los cines de todo el mundo, en esta ocasión la crítica no acompañó como con Los asesinos de la luna, a pesar de que está nominada a tres Oscars. Nuevamente, una cifra que apenas cubriría gastos en un estudio propiamente dicho convencional, pero que con Apple no sabemos donde está el baremo del éxito.
Y llegamos hasta el estreno más reciente de Argylle, una película que sobre el papel tenía los mimbres suficientes para convertirse en un éxito, un director destacado como es Matthew Vaughn, un elenco de actores de primera fila y una historia interesante basada en la novela de la misteriosa autora Elly Conway, pero que va camino de convertirse en el primer gran fracaso en taquilla de 2024 después de la pobre recaudación en el fin de semana de su estreno. El panorama para Argylle no puede ser más desalentador, pues en todo el mundo lleva recaudados 35,3 millones de dólares, siendo muy factible que no alcance los 200 millones de presupuesto, a no ser que la situación de un vuelco en los próximos días, algo que se antoja muy complicado.
¿Puede Apple seguir manteniendo este ritmo de desembolso de 200 millones por película?
La capacidad financiera de Apple es incuestionable, habiendo sido recientemente la primera empresa en la historia en alcanzar los tres trillones de dólares en bolsa, aunque esto no significa que a los responsables les guste perder grandes sumas de dinero como esta sucediendo con las películas de Apple Original Films, por ello la pregunta es hasta cuando va a seguir gastándose 200 millones de dólares por película sin obtener beneficios en taquilla.
Uno de los problemas a los que se está enfrentando Apple es que hasta ahora ha firmado presupuestos sin tener en cuenta los condicionantes, en el caso de Los asesinos de la luna, aunque la película es una maravilla narrativa, la calificación por edades es R (mayores de 18 años) y dura 3 horas y 23 minutos, por lo que es lógico que su visualización esté acotada a un sector recudido del público. Con Napoleón ha sucedido más de lo mismo, es una película larga de 2 horas y 38 minutos, no apta para todos los públicos y sobre un personaje histórico que es atrayente, pero quizá no tanto para movilizar a una gran cantidad de espectadores. Por su parte, Argylle, es mucho más accesible para el público en general, pero emplear 200 millones de dólares en una franquicia nueva, que estaba destinada a ser una trilogía, es un movimiento más que arriesgado y demasiado ambicioso, que prácticamente acabará con las aspiraciones de ninguna secuela.
La pregunta ahora es saber si Apple querrá continuar con está agresiva estrategia de gasto o por el contario decidirá ser más comedida, ya que, aunque su objetivo implique ganar suscriptores para Apple TV+, ¿Cuántos usuarios nuevos necesita para paliar el déficit recaudatorio de cada una de las películas? La respuesta se sabrá más pronto que tarde cuando los responsables evalúen la situación, pero la realidad es que la industria del cine necesita a compañías como Apple que den luz verde a proyectos que de otra forma serían muy complicados de llevar a cabo, aunque evidentemente no a cualquier precio.